En Lima, la accesibilidad y el diseño urbano para personas con discapacidad representan un desafío significativo. A pesar de la existencia de leyes y regulaciones destinadas a promover su inclusión, la ciudad no logra satisfacer sus necesidades de manera adecuada.
Fuente: Gob.pe
Aunque la Ley Nº 29973 establece las regulaciones actuales, la forma más común de movilidad entre individuos con discapacidad es caminar (53.6%), seguida del uso del transporte público (38.2%). Un 28.6% de ellos se ven forzados a recurrir al servicio de taxi, lo que les ocasiona un significativo gasto económico en comparación con los costos del transporte público, llegando a pagar al menos S/.40 (soles) en un viaje de ida y vuelta.
El transporte público en Lima constituye un importante desafío para las personas con discapacidad, siendo los menos adecuados para satisfacer sus requerimientos, ya que carecen de espacio para sillas de ruedas, asientos reservados y sistemas de anclaje.
A pesar de la existencia de sistemas de transporte masivo como el Metropolitano que incorporan estas facilidades, la ausencia de rampas y señalización idónea representa un desafío para la orientación y el desplazamiento de individuos con discapacidad visual o auditiva.
El arquitecto Luis Arias mostró inquietud acerca de la carencia de un diseño accesible en Lima. Según sus observaciones, la ciudad no se está desarrollando ni construyendo teniendo en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad. Subrayó la relevancia de adoptar un enfoque inclusivo desde las primeras fases de diseño y planificación urbana en sus comentarios.
Arias resalta que la accesibilidad va más allá de la mera observancia de estándares técnicos y se refiere a la creación de ambientes que promuevan la participación completa de todas las personas, sin importar sus habilidades. Él hace hincapié en que la ausencia de un diseño accesible en Lima no solo perjudica a las personas con discapacidad, sino que también restringe la calidad de vida de la población en su conjunto.
El arquitecto hizo un llamado a las autoridades y a los expertos pertinentes para que asuman su papel en la formación de ambientes inclusivos. Es fundamental fomentar una mayor conciencia sobre la relevancia de la accesibilidad y proporcionar capacitación a arquitectos, ingenieros y urbanistas en diseño universal, así como en la aplicación de directrices y regulaciones de accesibilidad.
"El diseño inclusivo implica la supresión de obstáculos físicos y la atención a elementos como la orientación espacial, la señalización idónea, la iluminación adecuada y la incorporación de tecnologías accesibles"
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en Perú, se registra una población de 3,209,261 personas con discapacidad, lo que constituye el 10.3% de la población total. A pesar de esta cifra significativa, la atención y el respaldo a las personas con discapacidad continúan siendo deficientes. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables informa que el 39.87% de las personas con discapacidad carece del apoyo necesario para llevar a cabo sus actividades diarias. La ausencia de señalización adecuada en las vías y pasos de peatones complica la movilidad segura de las personas con discapacidad visual.
Fuente: Andina
Se han destacado los obstáculos que las personas con discapacidad encuentran al desplazarse en Lima; frecuentemente necesitan asistencia para moverse por la ciudad. Uno de los problemas principales está relacionado con las rampas que no cumplen con las medidas adecuadas, son demasiado empinadas y estrechas complicando el ingreso de sillas de ruedas y otros equipos de movilidad. Debemos de recordar que existen los estándares de diseño universal para la edificación de las rampas. Es fundamental escuchar y tomar en cuenta las necesidades y vivencias de las personas con discapacidad para crear soluciones efectivas.
Aunque se han logrado avances en los últimos años, aún queda mucho trabajo por hacer para convertir a Lima en una ciudad verdaderamente inclusiva. La colaboración entre el gobierno, las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad en general es esencial para superar los desafíos y garantizar que todas las personas, independientemente de su discapacidad, puedan disfrutar plenamente de la ciudad y ejercer sus derechos. La inclusión no solo beneficia a las personas con discapacidad, sino que enriquece a toda la sociedad al aprovechar talentos, habilidades y perspectivas diversas.
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